Sam Beam lo ha vuelto a hacer, se ha sacado de la manga un álbum tan cautivador como fragmentado y extraño. Me explico. Con The Sheperd's Dog, disco que lo lanzó a la blogosfera, el aire se volvía húmedo, las canciones se disolvían entre guitarra acústica, percusión ligera y ese característico filtro de voz tan particular y genial. Aquí la formula sigue igual, pero ya no tiene ese carácter tétrico, casi subrealista.
Aquí el señor Samuel se muestra enamorado de la vida, saca vena al optimismo (hasta donde puede, tampoco nos vayamos a dislocar), le dice al mundo lo bien que se siente cuando camina al atardecer por la orilla del río, de la mano con su amada. Nos da una lección de paz y felicidad. A donde quiero llegar es que, sin cambiar el registro a la hora de componer -salvo por el uso esporádico de instrumentación mas tropical- me parece que este caballero ha hecho un trabajo excelente dando un giro de 180º a la forma de enfocar sus letras y sus canciones. Quizá es muy subjetivo todo esto, eso solo se puede saber de una forma: escuchándolo.
Porque lo que si queda claro, por encima de cualquier duda, es que este hombre si que sabe hacer buena música, y que se merece no solo el disco de la semana, si no del mes entero
Walking Far From Home-Iron & Wine by Mmurdock
Iron & Wine - Monkeys Uptown
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